Qué pasa con el bótox a largo plazo?

El Botox no tiene ningún efecto secundario a largo plazo, pues la absorción del producto es total cabo de unos meses. El efecto de las inyecciones a largo plazo está poco estudiado.

Qué pasa con el bótox a largo plazo?

El Botox no tiene ningún efecto secundario a largo plazo, pues la absorción del producto es total cabo de unos meses. El efecto de las inyecciones a largo plazo está poco estudiado. Hay quienes aseguran que es una solución temporal y adictiva. La musculatura facial es responsable de la expresión de nuestro rostro.

Con el tiempo los movimientos repetidos producen una serie de líneas permanentes que la toxina botulínica puede suavizar, produciendo una parálisis temporal del músculo estriado. Aunque su efecto es transitorio, su aplicación es poco traumática, lo que permite prolongar sus efectos indefinidamente a través de inyecciones seriadas. El Botox actúa bloqueando las señales nerviosas que estimulan la contracción de los músculos. Esto significa que cuando se inyecta Botox en un área de la cara, el músculo se relajará y suavizará, lo que dará como resultado una apariencia más juvenil.

Las arrugas más comunes causadas por el movimiento de los músculos se encuentran entre las cejas, alrededor de los ojos y en la frente. Los efectos del Botox son transitorios, con vuelta a la movilidad normal en aproximadamente 6 meses, por lo que es completamente reversible. Aunque muchos pacientes no lo saben, el Botox no sólo es un buen tratamiento para quienes tienen arrugas marcadas tras muchos años con una gesticulación importante de la cara. Además de los efectos deseados, el Botox puede producir efectos no deseados o adversos, como la gran mayoría de medicamentos.

Nos gustaría comenzar mencionando que la mayoría de las personas que se someten a tratamientos con Botox no tienen ningún efecto secundario. Las inyecciones de bótox son populares para reducir la apariencia de las arrugas faciales, aunque también se usan en el tratamiento de otras enfermedades, tal como los espasmos repetidos del cuello, la hinchazón excesiva, la vejiga hiperactiva y el ojo perezoso. El Botox es en realidad un fármaco elaborado a partir de una toxina producida por la bacteria clostridium botulinum. En ocasiones, al realizar infiltraciones en el tercio inferior del rostro, el botox se extiende hacia el músculo, lo que puede provocar ciertas asimetrías en la boca.

Desde que apareció el Botox en los años 80, las personas se han sometido a intervenciones para obtener los beneficios de este producto y engañar al envejecimiento. Como cualquier medicación, el Botox puede producir reacciones de tipo alérgico, que pueden ser leves y producir únicamente inflamación, enrojecimiento e hinchazón, o más graves y presentarse con síntomas como dificultad para respirar y edema importante. Otras cosas a tener en cuenta antes de someterte a cualquier tratamiento con Botox es si sufres cualquier condición muscular o nerviosa, problemas de sangrado, debilidad de los músculos faciales o si estás embarazada, planeas quedarte embarazada o tienes intención de amamantar en un futuro cercano. Es importante saber que los efectos adversos más graves del Botox se deben en muchos casos a una infiltración inadecuada, de manera que la toxina difunde a músculos en los que no debería actuar.

La teoría es que, con el paso del tiempo, una usuaria recurrente de bótox debilita sus músculos faciales, frenando el proceso en que las arrugas dinámicas (las líneas que se forman con las expresiones) se fijan como arrugas estáticas (las líneas que se ven en el rostro cuando está en reposo). En realidad, hay muy poca evidencia concluyente en cuanto a los efectos del Botox a largo plazo, pero se ha observado que las inyecciones repetidas pueden hacer que los músculos faciales sean más débiles y la piel más delgada con el paso tiempo. El Botox se difunde desde la zona tratada hasta los músculos elevadores del párpado, lo que provoca una caída de los mismos. Puede que ya tengas experiencia en lo que respecta a los tratamientos con Botox o quizás nunca hayas reunido el valor para probar.