Qué pasa si me hago el bótox muy seguido?

Con el bótox, si se pone en exceso, se provoca una parálisis muscular al cien por cien. Hay que intentar modular la contracción muscular para que sea más suaves, pero no paralizarla.

Qué pasa si me hago el bótox muy seguido?

Con el bótox, si se pone en exceso, se provoca una parálisis muscular al cien por cien. Hay que intentar modular la contracción muscular para que sea más suaves, pero no paralizarla. Aunque ocurra en muy pocas ocasiones, puede darse el caso de que el bótox no tenga ningún efecto tras su infiltración. En contados casos, puede que la toxina sea nula como consecuencia de una actividad inmunológica exagerada.

Es decir, puede que el propio organismo genere anticuerpos contra la toxina y de esta forma se anule el efecto. Esto puede ocurrir si el intervalo entre sesiones es inferior a 3 meses o si se aplican más dosis de las recomendadas. También puede ocurrir esto si la toxina está en malas condiciones de conservación. El bótox es un fármaco muy delicado, si se conserva mal, se agita o está mal diluido, corres el riesgo de estropear el producto.

Cada día, más personas deciden someterse al tratamiento con Botox o toxina botulínica para rejuvenecer el rostro (reducir arrugas en frente y patas de gallo) y renovarlo una o dos veces al año, para mantener sus efectos, ya que estos se pasan entre los 3 y 6 meses después de la aplicación. Las inyecciones de bótox, que se comenzaron a usar con fines estéticos en 1987, se conocen principalmente por su capacidad para reducir la apariencia de algunas arrugas faciales. También se usan para tratar problemas como espasmos de cuello (distonía cervical) y ojos (blefaroespasmos), transpiración excesiva (hiperhidrosis), salivación excesiva ( sialorrea) vejiga hiperactiva para reducir incontinencia, estrabismo y ojo vago ( ambioplia). Las inyecciones de bótox también quizás ayuden a prevenir las migrañas crónicas.

En el tratamiento para la cara con inyecciones de botox se utiliza normalmente toxina botulínica de tipo A o B para evitar que se contraigan los músculos faciales que causan arrugas en la frente y alrededor de los ojos y labios; para mejorar el aspecto de nuestra cara y parecer más joven. Las inyecciones de toxina botulínica normalmente muestran sus efectos de uno a tres días después del tratamiento, llega a su máximo a los 12-15 días después del tratamiento y pueden durar tres meses o más, pero para conservar el efecto, necesitarás inyecciones de seguimiento regulares. El resultado del tratamiento será diferente en función de las características anatómicas de cada persona. Es importante ser consciente de los rasgos propios antes de inyectarse botox, por lo que se recomienda recibir primero una valoración por parte del cirujano.

Por lo general, todos estos problemas ocurren por el uso de una mala técnica por parte del profesional o por un exceso de botox inyectado. La finalidad del uso de la toxina botulínica es relajar los músculos; nunca, paralizarlos o rellenarlos. En la mayoría de estos casos, el efecto del bótox es temporal y en un plazo de 3 a 6 meses los músculos relajados en exceso por el tratamiento vuelven a recuperar fuerza y tu rostro volverá a mostrar su aspecto natural original. Estos inconvenientes suelen producirse en los primeros días posteriores a su aplicación y en general duran poco tiempo, aunque en ocasiones se pueden prolongar durante meses o más tiempo.

Si aparecen alguno de estos síntomas es importante llamar al médico de inmediato. No se debe repetir nunca una sesión de inyecciones de botox antes de tiempo, porque si pones más toxina en un músculo donde todavía hay bótox vigente, y ya se ha conseguido la paresia, lo que conseguirás es que el organismo reaccione, se haga resistente y no tenga efecto Como hemos dicho anteriormente, por lo general, cualquier efecto secundario no deseado del bótox desaparece con el tiempo. No obstante, es muy importante escoger adecuadamente al profesional que a poner las inyecciones, para asegurarnos de que no emplea una técnica incorrecta o aplicará un exceso de bótox, porque nos arriesgamos a sufrir las consecuencias durante semanas o, incluso, meses. Algunos de los pacientes sienten dolor de cabeza el día después de las inyecciones.

Desaparece de manera espontánea, y la ingestión de paracetamol contribuye a una rápida mejoría. Si se inyecta el bótox muy diluido en solución salina, es posible que se desplace hacia los párpados y las cejas. Se puede combatir aplicando una crema de betametasona durante un par de semanas. Cuando se pincha en la parte central de la frente, en lugar de los laterales del músculo y las patas de gallo superiores, las cejas parecen más levantadas de lo normal.

Se puede corregir con infiltraciones en los puntos anatómicos correctos. En personas con músculos hiperactivos y que gesticulan mucho, si la dosis ha sido alta y en zonas muy profundas, al tener el músculo que más utiliza bloqueado, puede producirse una reacción antagonista donde otro músculo se contrae con más fuerza y crea una nueva arruga donde antes no la había. Para evitar este problema, el paciente debe habituarse a no forzar los gestos y presentar una actitud más relajada. La corrección también pasa infiltrar una dosis menor y poner algún punto superficial sobre estos músculos secundarios.

Si ha infiltrado una cantidad excesiva de toxina botulínica en el tercio inferior del rostro a un nivel muy profundo, su efecto puede trasladarse hacia los músculos de la boca. Para paliar los resultados, puede esperarse a que pasen los efectos o puede aplicarse una nueva dosis de toxina a modo compensatorio. Es un tratamiento rápido e indoloro que ofrece resultados inmediatos que debe repetirse para mantener los resultados. Al contrario de lo que mucha gente piensa, no es peligroso si se aplica por un cirujano maxilofacial con experiencia.

No nos cansamos de insistir que en medicina estética es muy importante elegir una buena clínica estética, con un equipo médico con experiencia y equipamiento moderno para realizar las intervenciones necesarias, para iniciar cualquier tipo de tratamiento para evitarte problemas y desagradables sorpresas, que cuestan mucho de solucionar. Los efectos del botox, como hemos dicho, duran entre cuatro y seis meses, y después (con el visto bueno de nuestro médico) será necesario repetir el tratamiento. Los beneficios del bótox son enormes, así que si deseas tener una piel mucho más joven, no dudes en ponerte en las manos de un cirujano estético que te ayude a conseguir una piel con menos arrugas. Incluso hay casos de pacientes que tras ponerse bótox durante años, al dejar de hacerlo pasaron de tener un entrecejo muy definido a una zona mucho más relajada.

Aunque la toxina botulínica es un producto muy seguro siempre y cuando lo manejen verdaderos profesionales, puede llegar a producir algún efecto secundario. Como todo medicamento, tiene sus contraindicaciones y posibles efectos secundarios, que muchas veces se deben a un exceso de toxina pinchada, pero en la mayoría de ocasiones desaparecen con el tiempo. El bótox se recomienda para eliminar arrugas dinámicas, es decir aquellas que se producen como consecuencia de las expresiones o gestos faciales que realizamos a lo largo de la vida. El botox se introduce mediante pequeñas infiltraciones con una aguja muy fina en unos puntos determinados del rostro.

Si usted decide dejar de usar el bótox, las arrugas de la frente volverán a lucir igual que antes de que empezara con las inyecciones. Las inyecciones de bótox son populares para reducir la apariencia de las arrugas faciales, aunque también se usan en el tratamiento de otras enfermedades, tal como los espasmos repetidos del cuello, la hinchazón excesiva, la vejiga hiperactiva y el ojo perezoso. El bótox es seguro para uso prolongado y también puede suspenderse en cualquier momento, sin que la piel luzca peor que antes de empezarlo. A veces, con el paso del tiempo, y según se van repitiendo las aplicaciones, el efecto del botox puede durar más y ser necesarios menos pinchazos y más espaciados.

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